La Fresneda, cueva de la Madre Tierra

La cueva de la Madre Tierra

Se trata de una hendidura en la roca de unos 6 metros de longitud, que acaba en su parte inferior en una pequeña cueva. El conjunto tiene la forma de un órgano sexual femenino. Sin duda, se ha adaptado artificialmente la hendidura en la roca para que tenga esa forma, como se aprecia en la fotografía. Asimismo, en la parte inferior, se ha agrandado una oquedad hasta formar un pequeño recinto circular de 1,5 m. de diámetro aprox.

La cueva está orientada hacia la salida del sol en el solsticio de verano.


En el interior de la pequeña cueva está pintado lo que parece ser un útero con fondo blanco (unos 40 cm de alto) rodeado de una   multitud de puntos rojos. No sabemos si es una pintura prehistórica, aunque parece el resultado de algún rito esotérico. Hace unos años pudimos constatar que en el lugar quedaban restos de velas,  una mano de juguete y la figura de un pequeño oso. Asimismo, en la planicie de Santa Bárbara, una gran espiral doble hecha con piedras testimonia el tipo de ritos que mencionamos.

Desde el punto de vista religioso, pues, la ermita de Santa Bárbara ha llamado la atención de las gentes desde milenios.

Delante del "útero", una piedra simula un pequeño altar.


Según se mira a la cueva y a la derecha de la misma, una plataforma de roca tiene hendiduras para aguante de vigas, resto de una edificación de madera y ramajes.

Justo encima de estas hendiduras, en lo alto de la roca, hay otra hendidura que favorece y ritualiza la caída de aguas desde la planicie de Santa Bárbara al recinto de la Madre Tierra.


Las cuevas de la Madre Tierra forman parte de los ritos de "regreso al útero" de las culturas prehistóricas y que aún perviven en diversas formas en la actualidad. Estos ritos están asociados con un re-nacer espiritual (una forma de regeneración) o corporal (curar enfermedades). Mercia Eliade habla de que en la India "existe, para empezar, la ceremonia upanayama, es decir, la introducción del muchacho junto a su preceptor.

El motivo de la gestación y del renacimiento está aquí netamente expresado: se dice que el preceptor transforma al muchacho en un embrión y lo guarda tres noches en su vientre. El que ha efectuado el upanayama “nace dos veces” (dvi-ja). Existe asimismo la ceremonia diksa, impuesta a aquel que se prepara al sacrificio del soma y que consiste, propiamente hablando, en el retorno al estado fetal. Por último, al regresssus ad uterum está análogamente en el centro de la ceremonia hiranya-garbha, literalmente “embrión de oro”. Se introduce al recipientario en un vaso de oro en forma de vaca, y a la salida se le considera como recién nacido.

“En todos los casos, el regressus ad uterum se opera con el fin de hacer nacer al recipientario a un nuevo modo de ser o de regenerarle. Desde el punto de vista de la estructura, el retorno a la matriz corresponde a la regresión del Universo al estado “caótico” o embrionario. Las tinieblas prenatales corresponden a la Noche anterior a la Creación y a las tinieblas de la choza iniciática".

(...) “Los mitos y los ritos iniciáticos del regressus ad uterum evidencian el hecho siguiente: el “retorno al origen” prepara un nuevo nacimiento, peor éste no se repite el primero, el nacimiento físico. Hay propiamente renacimiento místico, de orden espiritual; dicho de otro modo: acceso a un modo nuevo de existencia (que comporta madurez sexual, participación en lo sagrado y en la cultura; en resumen, “abertura” al Espíritu). La idea fundamental es que, para acceder a un modo superior de existencia, hay que repetir la gestación y el nacimiento, pero se repiten ritualmente, simbólicamente; en otros términos: se trata de acciones orientadas hacia valores del Espíritu y no a comportamientos referentes a la actividad psicofisiológica.

(...) “En la India, incluso en nuestros días, la medicina tradicional opera el rejuvenecimiento de los ancianos y la regeneración de los enfermos totalmente agotados enterrándolos en una fosa en forma de matriz. EL simbolismo del “nuevo nacimiento” es evidente. Se trata, por otra parte, de una costumbre atestiguada asimismo fuera de la India: la de enterrar a los enfermos para hacerlos nacer del seno de la Tierra Madre.

(...) “También en China e cree que la enfermedad y la vejez se curan con el “retorno al origen”, el único medio que el pensamiento arcaico tenía por eficaz para anular la obra del Tiempo. Pues se trata siempre, en definitiva, de abolir el tiempo transcurrido, de “volver para atrás”, y de recomenzar la existencia con la suma intacta de sus virtualidades.” (Mircea Eliade, Mito y Realidad, Ed. Labor)

Los alquimistas repiten los mismos criterios: " el adepto debe regresar al pecho de su madre, o incluso cohabitar con ella. Según Paracelso: “Quien quiera entrar en el Reino de Dios, deberá entrar primero con su cuerpo en su madre y morir allí” .” (Mircea Eliade, Nacimiento y renacimiento, Ed. Kairós, Barcelona)Por otra parte, asociada a ritos de fertilidad, es el centro de ritos de carácter sexual ligados al ciclo agrario y la Diosa Madre que lo garantiza. Una pequeña explanada delante de la cueva y los agujeros en las rocas sugiriendo algún tipo de edificación, serían el escenario de estos ritos. El ejemplo más cercano son los aquellarres medievales de las brujas. Ana Mº. Vázquez Hoys, refiriéndose a la cueva de Nenkovo, dice:

"Este fue el lugar donde los ritos órficos alcanzaron su clímax. También en la isla de Samotracia, en la costa tracia, en el Egeo, en un templo órfico, según los autores antiguos, jóvenes solteros eran iniciados en cultos sexuales (abitikos) con jóvenes mujeres tracias.

"El significado de estas orgías es arquetípico. Según la tradición indoeuropea, el rey muere cíclicamente y renace de acuerdo con un ciclo cósmico anual. Para esta renovación, debe subir la montaña y llevar a cabo sacrificios de animales o una víctima humana así como llevar a cabo una unión sexual con la Diosa -Madre con lo que vuelve a renacer. Este es el antiguo mito del Hijo-Amante, nacido de la Diosa-Madre, que retorna a su útero en el momento de la cópula. (...)

"(Herodoto) es el que se refería a los ritos sexuales que se llevaban a cabo en la cueva del templo de Samotracia. El mismo ritual tenía lugar en el antiguo templo órfico de Delfos y pasajes de Las Bacantes de Eurípides así parecen señalarlo: la orgías dionisíacas tenían lugar en las oozy, cuevas con aguas en las que se suponía que había sido educado Dionysos. El río Perpereshka tomas sus aguas de la proximidad de esta cueva sagrada y Perperikon, célebre lugar de culto de Dionysos está solo a unas doce millas. " (Dra. Ana Mº. Vázquez Hoys .UNED, Madrid, publicado en Internet http://terraeantiqvae.blogia.com/2006/111301-el-utero-de-piedra-de-nenkovo-bulgaria-.php)


Otras cuevas: Nenkovo (Bulgaria) y Alacón (Teruel)

a) Nenkovo


Foto Chavdar Stoychev

Reproducimos unas notas de la Dra. Ana Mº. Vázquez Hoys:

"Esta asombrosa estructura relacionada con antiguos ritos de fertilidad y fecundidad así como con la renovación anual de los ciclos de la Naturaleza fue descubierta y documentada en abril de 2001.(...)

Esta cueva confirma que las teorías de Maria Gimbutas sobre la existencia de una Gran Diosa Madre neolítica no estaban muy descaminadas. Que la matriz de la Madre-Tierra era una fuente de poder, de renovación cíclica. Y que los cultos de fertilidad y las ceremonias de iniciación sexual se llevaban a cabo en estos sitios especiales, en lugares agrestes, en los que hombres y mujeres llevaban a cabo cada primavera los ritos de renovación de la vida, protegidos y auspiciados por la Gran Diosa Madre.

Una gran sorpresa aguarda al visitante, puesto que la entrada de la cueva es exactamente la entrada de una vagina. Y se adentra en la cueva unos 65 pies.

Pero los expertos que han analizado el relieve están de acuerdo en considerar que el relieve natural cárstico correspondía solamente a unos 48 pies, siendo lo demás obra excavado artificialmente. Indudablemente, unas manos humanas continuaron la obra del agua que excavó el lugar durante milenios. Al final de la cueva, un altar excavado en la roca simboliza el útero mismo.

La sorpresa real, sin embargo, tiene lugar al mediodía: cuando el sol se acerca a su punto más alto en el cielo, su luz penetra dentro de la cueva por una abertura especial de la roca y proyecta una perfecta y reconocible forma de falo de luz sobre el suelo.

Cuando al sol se alza más, y la luz se extiende por el interior de la cueva, el falo se alarga y llega al altar que simboliza el útero. Solamente durante algunos meses del año, enero y febrero, cuando el sol está bajo en el horizonte, el rayo de luz fálico tiene la longitud suficiente para llegar al altar y fecundar simbólicamente el útero."

(Dra. Ana Mº. Vázquez Hoys .UNED, Madrid, publicado en Internet http://terraeantiqvae.blogia.com/2006/111301-el-utero-de-piedra-de-nenkovo-bulgaria-.php)

Hay que recalcar que el esquema de Nenkovo es el mismo que el de Santa Bárbar de La Fresneda: una cueva en forma de órgano sexual femenino; un trabajo de acondicionamiento de la roca al fin que se persigue, tanto en el aspecto externo como interno; un altar y la figura de un útero en su interior.



b) Alacón (Teruel)



La Cueva de la Madre Tierra de Alacón. Para que no falte de nada, tiene un clítoris donde señala la flecha: es una piedra que se ha introducido en la hendidura de la roca.

En Alacón, la Cabecera del Barranco del Montero es un lugar excepcional desde el punto de vista de las pinturas rupestres. "Alacón, concretamente en su cabecera y en la cinglera del Tío Felío, es una de las localidades emblemáticas del arte rupestre al aire libre aragonés y presenta la mayor concentración conocida de abrigos en el Parque Cultural del Río Martín con extraordinarias variedades de estilos y épocas en sus pinturas" (Las pinturas rupestres de la Cabecera del Barranco del Mortero (Alacón), A. Beltrán Martínez y J. Royo Lasarte)

El conjunto (pinturas, acústica y agua) dan un carácter sacro a la Cabecera del Barranco del Mortero que, realmente, impresiona al que lo visita.

A unos 150 metros de la Cabecera del Barranco podemos observar una grieta natural con un parecido extraordinario con una vulva femenina. Sólo que en este caso estaríamos hablando de una vulva de unos 10 metros de altura. En su base, unos 4 metros por debajo, aparece la tumba eneolítica de la cueva de Hipólito, por lo que la posibilidad de que la cavidad en forma de vulva (la vulva de la Madre Tierra, fuente de vida y fertilidad) y la tumba (enterrar es volver al seno de la Madre Tierra) constituyan un conjunto parece muy evidente.

El acceso a la zona de la vulva es difícil: hay que subir o bajar unos 4 m. por paredes casi verticales. Una prospección con medios adecuados parece aconsejable.